Aún recuerdo cuando “ponte el
cinturón” era simplemente un anuncio de tráfico, un consejo para un infante o
una canción graciosa. Ahora el significado, como prácticamente todo, adquiere
términos económicos. Nos hablan a todas horas de austeridad, de sacrificio, de
que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades… Tanto se ha oído que ha
penetrado en las entrañas de la sociedad, siempre y cuando no se estuviera
prevenido. Pero como dijo el economista Sampedro, si hemos vivido por encima de
nuestras posibilidades es precisamente porque hemos tenido esa posibilidad,
porque los bancos lo han permitido, porque los políticos llevaron a cabo una
política desregularizadora, ojo a las falacias.
A esto Noam Chomsky le llamaba
estrategia de gradualidad, y como el propio nombre indica se trata de aplicar
una medida poco a poco, discurso a discurso, hasta que por fin se consigue la
imagen no solo aceptable sino incluso necesaria. En el caso de España, el
ámbito político y los medios de comunicación han hecho muy bien su labor. Los
partidos políticos que han tenido y están teniendo que hacer frente a la crisis
lo tienen muy claro, ya comenzó el PSOE el trabajo “sucio” de los recortes,
sorprendió más porque el nombre engaña, por lo de socialista y tal. Luego llegó
el PP, con mayoría absoluta, en las urnas que no en la población. Porque eso de
que España haya dado un giro a la derecha es muy relativo, el porcentaje de
ciudadanos que votó al PP fue el 30.37 % por lo que quizás deberían
replantearse si todas las políticas que hagan estarán totalmente legitimadas,
pues hubo un 31’06 de abstención. Porque en estas elecciones han ganado con 10.866.566
votos, pero en 2008 obtuvo 10.278.010, no parece un aumento tan significativo
como para afirmar que un país entero se haya movido hacia una ideología.
Resaltado este hecho, ya podemos
comenzar con la explicación de la nueva reforma laboral según el Real Decreto
de Ley 3/2012. Lo que Rajoy habló a susurros ya es un hecho, a la huelga se irá
el 29 de marzo. Porque se señala sin cesar la importancia de la productividad,
pero si se bajan los salarios bajará la productividad. Esto se debe a que
admitámoslo, España no es un país esencialmente exportador, la mayoría de la
producción se origina en las Pequeñas Y Medianas Empresas, es decir, en el mercado
interior. Si los economistas y expertos hablan como la economía si fuera una ciencia meramente matemática entonces sabrán calcular que si la gente cobra menos, consumirá
menos, ergo las empresas ganaran menos. Y si obtienen menos beneficios no creo
que contraten a más gente por muy flexibles que sean las condiciones. Todo esto
por la obsesión por reducir los costes de producción obviando los factores
humanos que hay detrás.
Además, si seguimos adelante con
la reducción laboral, la recaudación de impuestos también será menor. Porque no
se plantea hablar de buscar nuevas fuentes de ingresos como subir los impuestos
a los que más tienen, al contrario, la carga impositiva recae al grueso de la
población a la que se justamente se recorta. Igual que cuando se afirma que
salario alto es antónimo de crecimiento económico, hasta la crisis los
beneficios de las empresas subieron más que los salarios y no es una
coincidencia. Pero parece que nadie osa despertar a Keynes de su tumba, el
neoliberalismo conviene a algunos y han sabido conseguir que muchos a quienes les
perjudica terminen por aceptarlo, votarlo y hasta reproducir sus lemas cuales loros.
Otro punto es el despido, que no
ha sido tan rígido como la Patronal y la COE proclaman o la tasa de paro no se
explica. Si se facilitan los despidos y llegamos al despido libre ya nos
podemos despedir de la huelga como mecanismo de defensa de derechos laborales,
pero esto no es lo más grave. Si tan solo presentando que la empresa no ha
tenido tantos beneficios como el año anterior, aunque no haya pérdidas, ya se
facilita el despido, se puede confiar en la bondad de los jefes, pero cualquier
excusa bastaría para decir adiós. Esto también afecta a la temporalidad de los
contratos, que paulatinamente se ve incrementada, pero flexibilidad se va
acercando más a precariedad que a prosperidad. Y un sector que no tardará en
verse afectado es el de las mujeres, pues si en España ya se daban casos de dificultad
de acceso al trabajo por todo el tema de la maternidad y demás, ahora para
conseguir la conciliación la sociedad va a tener que luchar más aún.
Y si hay algo que caracteriza la
reforma laboral es su influencia de la llevada acabo por los germanos, Alemania
ha sido tomada como paradigma y admiramos sus tasas y datos sin observar
realmente más allá. Porque que hay menos paro está claro, pero ¿a que coste? En
el país que nos sirve de modelo existen los mini-Jobs, trabajos cuyo salario no
podría mantener a una persona independiente, ha aumentado el número de
habitantes que viven por debajo del umbral de pobreza y también hay muchos
españoles cualificados trabajando en McDonald, aunque todos los que aparecen en
Callejeros Viajeros parezcan muy felices y muy prósperos. Por eso no debemos
dejarnos engañar por las cifras, porque aunque el objetivo del Gobierno sea
maquillarlas para obtener la imagen exterior que tanto desea, como Mark Twain escribió: Hay tres clases de mentiras, la mentira, la maldita mentira y las estadísticas. En definitiva, todos los pasos
que demos atrás habrá que volver a andarlos cuando queramos avanzar. Y más cuando
los convenios colectivos han sido modificados en detrimento de los trabajadores
y trabajadoras. Porque el mayor problema que se vincula a todos los cambios
laborales y en lo referente a otros ámbitos, es que se están proponiendo como
soluciones a la crisis y están asentando las bases del camino que queda por
recorrer y que a pesar de encontrarnos en el momento de más progreso tecnológico,
se está retrocediendo en materia laboral y más allá, en la propia ética y moralidad.
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